Elegir ejercer con estilo también es una forma de cuidarse. De mirarse al espejo antes de entrar a consulta y sonreír. Médico Pijo nace para quienes disfrutan ese pequeño gesto que marca la diferencia. Porque en la bata, en la guardia o en tu escritorio… siempre hay lugar para un detalle solo tuyo.
Sí, somos médicos pijos. Y no nos da vergüenza. Porque no se trata de marcas caras ni de poses. Se trata de hacer las cosas bien. De cuidar los detalles hasta en una guardia de 24 horas.
Usamos bolis metálicos porque pesan distinto. Llevamos una libreta buena porque el caos ya viene solo. No escribimos con cualquier cosa, porque no recetamos cualquier cosa.
Nuestra bata está planchada. Nuestro fonendo, en su sitio. Nuestro planner, más organizado que el hospital. ¿Postureo? Puede ser. Pero al menos no llevamos un boli mordido de propaganda.
Médico Pijo no es un insulto. Es una respuesta. Una forma de estar en esta profesión sin perder el estilo. Con ironía, con orden, con personalidad.
Esto no es una marca. Es un club no declarado. De los que firman recetas con clase, organizan turnos con estética y sobreviven al caos sin perder los papeles.